http://www.youtube.com/watch?v=4bX-u6NQKZs&feature=related
El problema de qué es el tiempo ha sido un enigma que ha fascinado a la humanidad desde su origen. Desde antiguo nuestros antepasados han ideado formas de medir el paso del tiempo, creando calendarios que nos marquen el paso de las estaciones o relojes que nos cuenten el camino que sigue el sol.
La duración de un segmento de tiempo determinado, depende de lo que dicta el reloj de nuestra muñeca. Supuestamente el reloj es el tiempo “objetivo” para todos. La percepción del tiempo depende de variables internas biológicas y psicológicas. Me voy a centrar en las variables de tipo psicológico es decir el tiempo subjetivo percibido, distinto del tiempo objetivo. Este tiempo percibido depende de factores como el aprendizaje, las habilidades cognitivas y el ambiente físico y social. Este tiempo percibido, se refiere a “contar” el tiempo sin las variables objetivas (el reloj). Sabemos que el tiempo fluctúa en función de la diversidad estimular del ambiente. Todos tenemos la experiencia de cómo de largos son los minutos cuando estamos aburridos, o cuando esperamos a que llegue alguien. Según Fraise, enfocar la atención en el paso del tiempo, provoca paradójicamente una dilatación del tiempo percibido (el tiempo se percibe como que pasa más despacio. Por otra parte, cuando la atención se aparta del paso del tiempo, y se dirige a un evento determinado -una fiesta, un concierto-, la experiencia de la duración parece más corta.
De hecho según Flaherty 1999 el tiempo psicológico difiere del real u objetivo, dándose tres variantes distintas
a) La percepción de que el tiempo pasa lentamente (duración prolongada)
b) la percepción de un tiempo en sincronía con el tiempo real
c) la sensación de que el tiempo ha pasado rápidamente (tiempo comprimido).
La duración prolongada se experimenta cuando hay una complejidad alta o baja en la situación dada, pero la actividad que se desarrolla no ha llegado a establecerse como rutinaria. La sincronía es la forma típica de la experiencia temporal. Por lo común percibimos el tiempo a través de las relaciones mutuas y las normas cronológicas que establecemos con los demás.
El tiempo comprimido es producto de las labores automáticas en las que nos involucramos a lo largo del día y puede ser resultado de pasar el tiempo de manera distraída con rutinas sumamente complejas que hemos dominado a través de la acción repetitiva, las cuales no necesitan mucho de nuestra atención, aunque requieren de cierto grado de habilidad. Este tipo de actividades, al contrario que pasa con la duración prolongada y la sincronía, disminuye el nivel de conciencia.
Sin embargo en una situación de extrema falta de conciencia el tiempo se contrae y se percibe como vacía mientras que en un estado de conciencia o alerta extrema el tiempo se percibe como exageradamente lento.
Qué decir de la importancia que tiene el concepto “tiempo” para nosotros los seres humanos. Para todo y para todos, el paso del tiempo es algo omnipotente, algo contra lo que no podemos revelarnos ni mantener una lucha de tú a tú sin salir indemnes de la misma.
El tiempo nos marca, nos dice, nos asusta, nos acorrala, es algo que nunca deja de estar ahí y ese algo es el que marca nuestro principio y nuestro fin.
Desde tiempos inmemorables el hombre siempre ha tratado de ser dueño del tiempo; dueño de eso que no tiene dueño; amo y señor de lo que no tiene compra ni venta; de eso a lo que nos aferramos y de lo que no queremos desprendernos; de eso que trata a todos por igual; de eso sobre lo cual no existe la posibilidad de burlar su poder.
Existen muchas formas de tratar de medir el tiempo: ahí están los relojes, los minutos, los segundos, los varios tipos de calendarios que intenta moldear cada uno a su gusto o exigencia, el paso de los periodos, épocas, ciclos, fases o como queramos denominarlos.
Nosotros los músicos también estamos dispuestos a intentar calcular esos momentos y, para ello, disponemos de todo un arsenal de herramientas bien dispuestas a cortar, desgranar y desmenuzar todo aquello que queramos expresar en un determinado periodo de tiempo.
El tiempo nos marca, nos dice, nos asusta, nos acorrala, es algo que nunca deja de estar ahí y ese algo es el que marca nuestro principio y nuestro fin.
Desde tiempos inmemorables el hombre siempre ha tratado de ser dueño del tiempo; dueño de eso que no tiene dueño; amo y señor de lo que no tiene compra ni venta; de eso a lo que nos aferramos y de lo que no queremos desprendernos; de eso que trata a todos por igual; de eso sobre lo cual no existe la posibilidad de burlar su poder.
Existen muchas formas de tratar de medir el tiempo: ahí están los relojes, los minutos, los segundos, los varios tipos de calendarios que intenta moldear cada uno a su gusto o exigencia, el paso de los periodos, épocas, ciclos, fases o como queramos denominarlos.
Nosotros los músicos también estamos dispuestos a intentar calcular esos momentos y, para ello, disponemos de todo un arsenal de herramientas bien dispuestas a cortar, desgranar y desmenuzar todo aquello que queramos expresar en un determinado periodo de tiempo.
la informacion sobre el itinerario de tiempo esta bastante completa. ademas ussa una imagen que lo hace la entrada más atractiva.
ResponderEliminarMuy bien. Has seleccionado los objetos de aprendizaje apropiados. Saluditos Lola
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